¿DEBEMOS SER EFICACES PARA LLEGAR A SER EFICIENTES?
La eficiencia, aplicada a la empresa, es definida
por Stoner, Freeman y Gilbert Jr. en su texto “Administración” como, capacidad
de reducir al mínimo los recursos utilizados para alcanzar los objetivos de la
organización”; y en las palabras de Peter Drucker sería “Hacer correctamente
las cosas”, lo que se afirmaría como el lograr las metas propuestas con el
nivel de calidad deseado al menor costo posible.
El concepto anterior siempre se relaciona y
establece la diferencia de su antecesor que es la eficacia, ya que primero
debemos ser efectivos para luego ser eficientes, tan así que el mismo Drucker
afirma que podemos llegar a ser los más eficientes posibles pero soportados
siempre en la eficacia, y que la misma es la clave del éxito para las
organizaciones. Sin poder lograr por lo menos lo que nos proponemos, no seremos
eficaces y sin esto no pueden sobrevivir las empresas a lo largo del tiempo.
En los tiempos actuales las empresas que aún
continúan en los diferentes mercados han logrado un grado de eficiencia, pero a
su vez, a medida que avanza el desarrollo se introducen más competidores, y si
a la vez se suma entre otros factores la situación de crisis que estamos
viviendo, se requiere no sólo que debemos ser eficaces, sino también que
importa mucho el ser eficiente y mantener una mejora continua. Más aún,
podríamos asegurar qué en términos generales, aquellas empresas que no lleguen
a ser eficientes sostenidamente en medio de cualquier crisis económica y
mundial, permanecerán poco tiempo en el mercado.
Si hacemos como empresa solamente, lo que otras
hacen, llegaremos a ser como ellas, pero la meta es ser mejores lo cual se
logra maximizando los beneficios. La empresa eficiente aprovecha toda
oportunidad de mejora y cada vez trabaja para que el beneficio se incremente.
Nos dice Peter Drucker que la mejor forma de predecir el futuro es creándolo.
El sentarnos a esperar que las cosas cambien no es una forma estratégica para
ser exitosos sino el ponernos a crear el futuro buscando mejores formas de
alcanzar los resultados.
La eficiencia no sólo debe ser aplicada en el
área operativa de la empresa, sino también, en todas las demás áreas, es decir,
hacerlo eficientemente; en donde no sólo se debe controlar los materiales,
herramientas e insumos sino también el impacto en la operación del negocio como,
por ejemplo: El tiempo que dura la producción parada.
La eficiencia se relaciona también con lo que
describe Thomas Friedman en la conclusión de su libro La tierra es plana,
refiriendo a David Rothkopf “para nosotros, la cuestión no radica en lo que ha
cambiado, sino en darnos cuenta de lo que no ha cambiado”. Esto claramente
expresa que no debemos enfocarnos solamente en el pasado, sino también en lo
que falta por cambiar que es el futuro. Es decir, que debemos enfocarnos en lo
que no ha cambiado para predecir los cambios futuros, lo cual se puede hacer al
establecer mediciones, tendencias y acciones correctivas, lo cual generaría una
actitud proactiva y que tomaría en cuenta lo que es ser eficiente y evitar
situaciones de crisis o adelantarse a ellas.
Para ser eficiente una empresa que haya sido exitosa no debe quedarse contemplando ese éxito sino que debe monitorear el mercado y su nivel de participación constantemente, para incrementar, innovar y mantener su participación en el mismo. Por ejemplo, imaginemos el caso de un suplidor de equipos de cómputos. Suponiendo que el encargado de la tienda no se asegura de que se verifican los equipos al recibirlos de la fábrica o de su proveedor, y los despacha sin verificarlos, cuando los clientes los adquieren, al momento de proceder a utilizarlo se dará cuenta de que no funciona correctamente y vamos a suponer que es debido a que se ha dejado algún accesorio desconectado internamente, la acción inmediata será devolver el equipo para que sea reemplazado por otro, causando esto un gran retraso en el proceso de ventas y de servicios de soporte, ya que se tendrían que dedicar esos recursos a lo que sería un retrabajo y afectando también la reputación del negocio. Mientras que la acción eficiente y proactiva evita todo esto ya que se realizan inspecciones y pruebas previas a entregar el artículo al comprador mediante una acción proactiva para garantizar la satisfacción del cliente y a la vez maximizar.
Para ser eficiente una empresa que haya sido exitosa no debe quedarse contemplando ese éxito sino que debe monitorear el mercado y su nivel de participación constantemente, para incrementar, innovar y mantener su participación en el mismo. Por ejemplo, imaginemos el caso de un suplidor de equipos de cómputos. Suponiendo que el encargado de la tienda no se asegura de que se verifican los equipos al recibirlos de la fábrica o de su proveedor, y los despacha sin verificarlos, cuando los clientes los adquieren, al momento de proceder a utilizarlo se dará cuenta de que no funciona correctamente y vamos a suponer que es debido a que se ha dejado algún accesorio desconectado internamente, la acción inmediata será devolver el equipo para que sea reemplazado por otro, causando esto un gran retraso en el proceso de ventas y de servicios de soporte, ya que se tendrían que dedicar esos recursos a lo que sería un retrabajo y afectando también la reputación del negocio. Mientras que la acción eficiente y proactiva evita todo esto ya que se realizan inspecciones y pruebas previas a entregar el artículo al comprador mediante una acción proactiva para garantizar la satisfacción del cliente y a la vez maximizar.
Una de las prioridades es buscar formas de
eficientizar más los procesos y esto debemos hacerlo ya sea con recursos
internos o contratados. Hay muchas formas de ser más eficientes, sin
embargo, lo dejaremos a cada empresa en particular. Es muy relevante para la
gerencia el saber en qué dirección va la empresa y particularmente la
eficiencia debe ser uno de esos parámetros críticos y estratégicos para lograr
y mantener el éxito.
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